Soy Silvia Colomer y soy Narradora Oral
Narradora oral ¿Qué es eso? pues se puede nombrar de muchas formas: cuentera, cuentacuentos, cuentista, contadora de historias, hakawati (en Siria), griot (en Africa)…
Me dedico a contar todo aquello que me gusta contar. Conseguir que la ficción se convierta en realidad es maravilloso, pero lo mejor de todo es hacer olvidar a quien te escucha, que su tiempo pasa. Esos son dos de los mejores premios de esta profesión.
Un día descubrí que las palabras andan sueltas y puedes cogerlas prestadas para contar. Aprendí a regalar las historias para rellenar espacios vacíos, para dar placer y encender fuegos dormidos. Descubrí que se las lleva el viento para devolverlas y por ello nunca pronuncio ninguna sin pensar en lo que digo. Destapan sonrisas y despiertan a los moribundos, son mi trabajo y mi placer más profundo.
En el 2012 tuve la suerte de conocer a dos personas que me aventuraron en este mundo tan maravilloso del cuentista. Desde entonces he aprendido tanto, que me es complicado resumir. Lo que sí tengo claro es que desde que soy cuentera ya no trabajo, disfruto y crezco cada día junto a mis historias, los cuentos y el público.
Este trabajo de contar es un trabajo bastante solitario en el que los cuentos y el público te acompañan en el viaje. En este emocionante viaje he podido observar la necesidad que tenemos de parar, gozar del tiempo y escuchar historias de otros. Cada día observo al público y puedo descubrir a personas que se emocionan y gozan de su tiempo libre escuchando historias. Cuando escuchan desaparecen del mundo para viajar a otros lugares, da igual la edad que tengan.
No hay mejor manera de conquistar un corazón que hacer sentir a alguien que su tiempo no pasa. Mi gran objetivo como narradora es justamente ese. Hacer sentir a quien escucha, que su tiempo se paralizó y su vida puede ser más larga gracias a una historia que yo le conté.
Contar, contar y contar… Todo es empezar.